Casi no me acuerdo de su cara, y eso que tuve todas las oportunidades, ángulos, distancias y distracciones para verla, faltándome sólo desde adentro.
Esta es una lista de algunas cosas que recuerdo de ella, o sea, esta es ella para mí tal como ahora puede ser:
El gorro de lana que tenía el primer día que la ví (durante el cual no fue más que la niña del gorro).
El cabello verde que nunca supe que se cortara o peinara (quería parecer un árbol).
Unos pies pequeñitos.
Unos fragmentos de voz.
Algunas palabras (por alguna razón no puedo hacer que la voz y las palabras se conjuguen en un recuerdo).
Un cuarto lleno de gatos (cinco en realidad, pero no se necesitan más para llenar un cuarto pequeño).
Un cello en el clóset.
La nieve.
Pensándolo hoy, es muy rara la manera en que construimos nuestros propios mostros con despojos de memoria y eso nos basta para quererlos.
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