[Un ejercicio de traducción de poemas chinos y japoneses. Aclaración sólo para los curiosos (los demás bien pueden devolverse: devolverse pueden bien demás los, etc., o dar un salto de líneas): no tengo la más remota de chino ni japonés.]
El día quieto
y la lluvia
hacen un poema.
*
Oigo caballos en el camino
y una voz que le pregunta a mi yerno
la ruta para Pjong-Meng.
Mi hija me trae sopa.
Afuera es verano
y yo tengo frío.
*
En el techo una pelota de trapo
Se moja abandonada
Desde hace tres lluvias
Un niño llora
*
La libélula y el murciélago
se encuentran.
No sabemos qué se dicen.
La libélula sigue su vuelo.
*
El sol madura el melocotón en su rama.
El viento y el pico de un pájaro lo hacen caer.
La tierra lo pudre.
*
Todos los días veía a tu madre
Bajar por el camino que lleva al pueblo.
Todos los días la quise
Y al día siguiente más.
La quería más tan solo de verla volver del pueblo.
La quise aún cuando volvió de la mano de tu padre.
miércoles, mayo 23, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario