miércoles, junio 20, 2007
Infamia
Con tiempo y atención todos los villanos terminan pareciéndose. Tuve un amigo, hace rato, que cuando se peleaba con alguien, por la razón que fuera, resultaba víctima de calumnias, ataques dementes y virus informáticos, invariablemente después de la tercera vez, mientras se había guardado la esperanza, las dos primeras, de que no fuera más que coincidencia. Por supuesto se consideraron la imitación y la simple y vulgar falta de imaginación de parte de los nuevos enemigos, aunque su mente elaboraba conspiraciones, no por más enredadas más interesantes, donde todos se unían para vencerlo en conjunto visto que no habían podido de a unito. Pero con la aburrición de tarde o temprano quedó bastante en evidencia una explicación más simple. Ayer oí una historia con villano reiterado, igual de ladrón y calculador que los de los otros cuentos contados por la misma persona, y desvarío hoy sobre cómo serán los míos, supongo que monótonos y repetitivos, incapaces de ver más allá de sus ojos, porque hasta las narices les quedan grandes. Como diría Borges: la historia de los hijueputas es personal.
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