viernes, febrero 26, 2010

No. 3 ó No. 6

Cuando llegué de Cáqueza a Bogotá pasé de un curso de 20 alumnos a uno de 49, de un colegio con un solo tercero de primaria a uno con seis cuartos. Yo estaba en 4º F, pero no recuerdo si era el número 21 o el número 23. Años más tarde nos íbamos a llamar por el apellido, sobre todo, pero hoy supongo que, más pequeños y más prácticos, preferíamos llamarnos por el número de lista. Mi mejor amigo era el número 3 o el número 6, no estoy seguro. No me acuerdo del nombre (no sé si alguna vez lo supe) y tengo la impresión de que el apellido era Bernal, pero lo dudo. Nechi era Bernal, así que si el apellido de mi mejor amigo de cuarto de primaria era Bernal me acordaría. Recuerdo que era muy blanco, con pecas y el pelo mal cortado; tenía los brazos redondos (yo siempre fui horriblemente flaco y cualquiera tenía los brazos redondos) y tal vez los ojos claros; tal vez, también, era un poco lengüesopa. Decía que corría rapidísimo, pero una vez le gané sin mucho esfuerzo y pasé buena parte del resto del año sintiéndome el más rápido del curso. Nunca corrí rápido. Al salir al recreo íbamos cogidos de la mano a la cooperativa y una vez que le dije que me sentía incómodo (sin usar la palabra incómodo, claro) me dijo que no estaba mal, que si entrelazábamos los dedos era como si fuéramos novios, pero con la mano apenas cogida no importaba. Ya en bachillerato me dí cuenta de que muchos niños de primaria andaban igual por el patio. También lo recuerdo por otra cosa: fue una de las primeras personas a las que les oí decir "si usted es amigo de él no es amigo mío". Ya no sé quién era "él", pero estoy casi seguro de que eso tuvo que ver con que dejáramos de hablar. No sé tampoco cuánto tiempo fuimos los mejores amigos. Sé que en ese mismo año tuve a César y a Diego de mejores amigos, en momentos diferentes, y recuerdo pasar los recreos con cada uno como si hubiera sido por muchísimo tiempo, o mejor, como si hubieran sido muchísimos recreos. No recuerdo el número de César (¿38, 43?) ni el de Diego (¿23, 25?). No sé si en realidad estoy mezclando recuerdos de 4º con recuerdos de 5º; no sé si mi primer mejor amigo en Bogotá siguió en el colegio por algún tiempo más o si al año siguiente ya no estaba. De él sólo recuerdo poco menos de un párrafo.

martes, febrero 23, 2010

Historia de una vida

Ralph Waldo Emerson vivió en 1800. Tuvo una vida admirablemente intensa y murió a los 88 años, tres días antes del año nuevo de 1801. Sus padres lo describieron como un inquieto borrón que los acompañó durante unos meses, dejando manuscritos concluidos por toda la casa, que luego ellos llevaban donde un editor. Por su parte, Emerson escribió de sus padres que eran estatuas inmutables de pocas palabras, tal vez ocho o nueve en toda una vida. Un doctor que visitó la casa Emerson en la noche del 13 de abril, debido a una fiebre que aquejaba a la madre, mencionó como cosa memorable la omnipresente brisa provocada por las páginas de libros y libros que se abanicaban aparentemente solos en medio del aire cuando Emerson los leía.