miércoles, septiembre 24, 2008

Ghostwriting


«La vez que fui a Bogotá» por Brad Pitt

Me soñaba sudando bajo la luz verde de plátanos y palmas, rodeado de ventiladores y jugando con el hielo en el vaso. De vez en cuando manoteaba para espantar a las moscas que querían mi comida y los mosquitos que me querían a mí. Antes de que anocheciera salía a caminar para aprovechar la indecisión del clima entre el bochorno del día y el fresco que se acerca, y recorría calles atestadas de nativos ociosos que se saludaban y enamoraban con pereza, como por tener algo que hacer mientras el alcohol surtía efecto y llegaba la hora de escabullirse hacia moteles, callejones, solares. El aire olía a una mezcla de sudor y frutas podridas. De pronto algo se movía por el borde de un alero bajito. Un gato, pensaba, pero al mirar hacia las tejas de barro cubiertas de maleza veía caer una iguana, bajada de una pedrada por un niño mueco y descalzo.

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